QUEMAZóN REAL

Al parecer quemar fotografías de la familia real (española, por supuesto) es una cosa gravísima. Es tan grave que los jueces quieren identificar, procesar y hasta condenar a todos aquellos que prendan fuego a esas fotografías y/o fotocopias (ignoro si el delito es más o menos grave dependiendo de la calidad del soporte).

El celo judicial es tan grande que ha obligado a un fotógrafo de prensa a entregar su material a la Audiencia Nacional para poder así proseguir las inquisiciones contra posibles, presuntos o supuestos pirómanos de instantáneas reales. Y eso a mi me parece grave. Me parece gravísimo. Los periodistas somos periodistas. Hasta donde yo se, no formamos partes de los diversos cuerpos y fuerzas de seguridad del estado.

Las cosas se están desquiciando. Menos mal que siempre nos quedará Polonia para aportar sensatez y cordura.

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